Doctor Gonzalo Mencía, Médico anestesiólogo y tesorero de AMCI

No más del 28% de los médicos de nuestra clínica están contratados y el resto corresponde a médicos que colaboran como trabajadores independientes. Existe un desconocimiento generalizado en temas de seguros, financieros y tributarios, que abren una necesidad urgente por atender, dada la alta exposición y riesgo.
El trabajo en calidad de “independiente” es una realidad generalizada en el sector médico de nuestro país y nuestra Clínica no escapa a la regla. De hecho, sólo 141 médicos de un universo de 500; es decir, el 28% del cuerpo médico de Indisa es personal contrata y el 72% restante independiente. Más allá de los riesgos propios de nuestra profesión ante eventuales demandas, lo cierto es que para AMCI la preocupación se centra en una evidente falta de educación con respecto a la búsqueda de instrumentos como seguros, que ayudarían a proteger al gremio ante situaciones de fuerza mayor como querellas, cesantía, accidentes y enfermedades catastróficas, o la muerte.
Para el doctor Gonzalo Mencía, médico anestesiólogo y tesorero de la Agrupación de Médicos de Clínica Indisa (AMCI), el tema no se centra en la falta de conciencia en relación a la búsqueda de mecanismos de protección mediante seguros, sino más bien por la falta de conocimiento de la oferta de éstos y las ventajas comparativas de cada producto. Y para eso, es preciso el entendimiento de cada seguro, su rentabilidad y sus riesgos, más allá de la compañía que los provea; escenario en el cual AMCI ya viene trabajando en la selección de los mejores productos para nuestros médicos.
Mencía comenta que la Agrupación vela con obtener beneficios para sus socios y los productos más recomendables, luego de una acuciosa investigación, serían el seguro complementario de salud, el seguro lucro cesante y el seguro de mal praxis.
El primero de ellos garantiza la libertad absoluta para elegir dónde atender las necesidades de salud, el segundo cubre los gastos fijos del médico en caso de cesantía, y el tercero brinda asesoría legal en caso de denuncias de negligencia médica y provee un capital que permite negociar con el querellante, a modo de compensación, antes de iniciar un juicio. En este último contexto y más allá de la veracidad de una denuncia, Mencía sostiene: “La idea es evitar los extensos juicios y el desgaste emocional que tiene para un colega vivir la experiencia. Como todo seguro, lo ideal es que sea un dinero perdido, es decir, que no tengamos la oportunidad de echar a andar el seguro, pero en caso de necesidad, es absolutamente una buena inversión e instrumento”.
El tesorero de AMCI comenta que la mayor parte de su vida profesional la ha desempeñado como trabajador independiente y en distintos establecimientos de salud. “Desde muy joven me preocupó el tema del ahorro, y es que soy hijos de padres trabajadores independientes y veo el esfuerzo que hacen hasta el día de hoy por cubrir sus necesidades, y también en la universidad tuve la oportunidad de conocer a médicos que superaban los 70 años y que se veía obligados mantener un exigente ritmo de trabajo para cubrir gastos como universidades de sus hijos, pensando yo que lo lógico sería que bajaran la marcha y pudieran disfrutar de sus nietos en casa”. Otra realidad que reconoce el doctor Mencía, es que los médicos no tienen ayuda social y cumplen con un perfil que les permite acceder fácilmente a créditos y eso implica un meteórico endeudamiento y un espiral altamente riesgoso, del que deben hacerse cargo, más allá del nivel de comodidades a los que se acostumbran en su vida, y que también se ve reflejado en el estilo de vida de ciertas especialidades médicas y también de ciertas clínicas.
“Los seguros con ahorros son una herramienta frecuente entre los médicos, pero pocos comprenden que son un pésimo negocio cuando por razones de fuerza mayor, debes retirar los fondos para atender una necesidad urgente, ya que el castigo es notorio. Gran parte del capital se va en gastos administrativos y en 15 años no tienes mucho ahorrado, tal como ocurre en el caso de los APV en límites por ahorro tributario”, aclara el médico.
Para Gonzalo Mencía, miembro del directorio de AMCI, la invitación es a que todos los médicos asociados y no asociados se informen de los beneficios y convenios activos en temas de seguros, y luego que por especialidades planifiquen un encuentro con el asesor a cargo – Seguros Great Wall y BCI- para que conozcan las ventajas de cada producto y aprendan del tema. “AMCI trabaja a diario para que la vida laboral y familiar de nuestros médicos sea tranquila y por eso nuestros esfuerzos de optimizar los niveles de una seguridad adecuada”, concluye el médico; y anticipa que ya trabajan para 2016 en un Proyecto de Fondo Solidario, que permitirá ayudar a médicos y familiares en situaciones de emergencia como enfermedades catastróficas y muerte, por lo que ya estudian mecanismos para capitalizar dicho Fondo más allá de las cuotas sociales.
El resguardo de nuestro futuro y el de nuestras familias es una responsabilidad individual y colectiva para AMCI, por tanto el llamado es a informarse de forma oportuna y analizar con dedicación el contexto particular laboral y familiar de cada médico, aprovechando los beneficios a nuestro alcance.