El doctor Ruiz fue formado en el Hospital Salvador y egresó de la Universidad de Chile en 1957. Posteriormente fue becado (1968) a Londres en el Instituto de Cardiología y en Suecia en el Instituto Karolinska. El primero de ellos, considerado centro mundial de cardiología en los años 60 y el segundo, el principal centro de fisiología clínica; permitiendo un salto cualitativo en la formación profesional de Ruiz. Comenta que de regreso en Chile, fue difícil adaptarse a las brechas en salud pública y recuerda con cariño los intensos tiempos de trabajo en el Hospital San Borja.
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Este médico comenta que en segundo año de medicina, con sus escasos 17 años, se maravilló con el funcionamiento del corazón. “Me asombró la lógica de tan noble órgano, que funcionaba con dos bombas y cuatro válvulas…me encantó y creí que era perfectamente sencillo y lógico. Con el tiempo comprendí que era algo más complejo que eso (se ríe)”. A Ruiz le gustaba la clínica, el análisis de síntomas y el misterio de un diagnóstico.
En el año 1974 y hasta el año 2000, Ruiz se auto exilió a Estocolmo, dado que era parte del grupo de médicos presidencial de Salvador Allende y a la distancia, y de regreso en Chile se hizo parte del grupo de socios accionistas de Indisa en sus inicios. “Éramos cien médicos los de un comienzo y mi sueldo era destinado casi por completo al pago de mis acciones y estábamos al mando del proyecto, aunque con el tiempo, el escaso dominio administrativo y economista de la gran mayoría, hizo que vendieran sus partes y la Clínica dejase de ser patrimonio médico”. Hoy confiesa con orgullo ser parte de los fundadores de Indisa, un lugar pequeñito que partió en calle Merced con un solo piso con salas de consulta; pero con cierta tristeza, ver que muchas clínicas hoy funcionan en rotativo en este sistema de arriendo de box, atención y salida. Y agrega: “Se ha perdido la mística, los médicos perdieron el orgullo de sentimiento de equipo que inspiró a AMCI y que creo que es tan importante de revitalizar…ni si quiera en las reuniones médicas hay alta participación, es una lástima”.
Para el doctor Ruiz estamos en buen momento. Existe una coyuntura en que AMCI es reconocido como contraparte representativa en Indisa y necesita de médicos que dediquen horas de su tiempo al trabajo de esta nueva sociedad anónima. “Si bien me siento en casa en Indisa, y me cruzo con secretarias y enfermeras de nuestros inicios, quisiera ver una AMCI con participación masiva, entusiasta y comprometida”.
De la docencia, el doctor Ruiz recata un aporte extraordinario. Recuerda que en sus años de exilio en Estocolmo, los alumnos fueron el bálsamo necesario para recuperarse de la brutalidad vivida en Chile. A su regreso a Chile el año 2000, tuvo la suerte de combinar su trabajo de cardiólogo con el ejercicio de la docencia. “Como hijo de profesora, siempre me gustó enseñar y pensaba cómo compartir y transmitir lo aprendido de un modo ingeniosos y ver la mirada de sorpresa de los que aprenden. Hasta hoy, una vez por semana enseño a los médicos internos del hospital San Borja, como también pude hacerlo en Indisa con los alumnos de la Universidad Andrés Bello”. Este médico asegura que las nuevas generaciones de médicos tienen el acceso privilegiado a google, abriendo enormemente sus oportunidades a publicaciones, conocimiento y tecnología. No obstante, comenta su preocupación por la pérdida de su capacidad semiológica, el análisis de signos y síntomas. “La palpación es como una caricia al niño, es un contacto humano que se ha perdido y que difícilmente se recuperará en esta modalidad de atención consumista, basada en el tiempo de productividad”, aclara.
El doctor Ruiz mira con orgullo y sin arrepentimiento alguno su trayectoria profesional y asegura que sigue estudiando dos horas diarias …enamorado de la medicina y la docencia. Tras su regreso a Chile junto a su esposa con ya 51 años de matrimonio, sus tres hijos quedaron en Suecia. Actualmente trabajan como dentista, economista y médico, respectivamente. En 2016 espera pasar largos meses junto a ellos y sus nueve nietos, y a disfrutar junto a su compañera de vida, a quien califica como una mujer “muy tolerante, dispuesta a compartirme con la medicina”. En la ciudad sueca, también trabajará el año entrante en el Hospital del Sur, como médico invitado de sus alumnos hoy jefes de Servicios, los mismos que en dos oportunidades los premiaron como “Mejor Docente”.
Indisa ha crecido muchísimo, asegura Ruiz, y junto con ella sus servicios intensivos y en lo tecnológico, pero falta mayor investigación y personal full time que se logre involucrar en el proyecto de crecimiento de la Clínica. Sin duda, “AMCI es una herramienta y puente para alcanzar mayor y mejor representatividad con poder de diálogo”, finaliza Ruiz.