Doctor Octavio Castillo Cadiz, Jefe del departamento de Urología de Indisa

Su creación marcó el posicionamiento de Indisa entre las principales clínicas de la capital y hoy es referente latinoamericano para la formación de otros médicos. El Dr. Castillo fue su forjador y se enorgullece de aportar en la difusión académica, generando en promedio 10 a 12 publicaciones científicas y siendo el centro más profuso de la región en términos de investigaciones y estudios, así como de formación de cirujanos robóticos.
A sus 59 años de edad y 35 años de ejercicio médico, el doctor Octavio Castillo egresó de medicina sin soñar que su carrera daría tantos giros hasta llevarlo donde está. Egresó en 1980 de la Universidad Católica e hizo su especialidad en Cirugía y Urología en la misma casa de estudios. Hoy tiene un grado académico de magister en cirugía y es el Jefe del Departamento de Urología de Indisa, además de creador y director de su renombrado Centro de Cirugía Robótica.
Castillo se inició en la cirugía laparoscópica urológica en 1992, cuando combinaba su trabajo en el Instituto Nacional del Cáncer y en la Clínica Santa María. Recuerda que su grupo fue pionero en la técnica en el país y en Latinoamérica, lo que le permitió compartir su experiencia en distintos países como invitado experto. Así, realizó la primera nefrectomía laparoscópica en el Hospital Naval de Lima en 1995 y la primera nefrectomía en donante vivo en Argentina hacia 2002.
¿Cómo fue que llegó a Indisa?
Me vine a esta Clínica en el año 2008, con el propósito de establecer el Programa de Cirugía Robótica en INDISA Y convertir a este centro en referentelatinoamericano. Fue una iniciativa personal que presenté en repetidas ocasiones al comité directivo de INDISA, a la gerencia y a la dirección médica, y que fue respaldada. Creo que nuestro rol formador de otros profesionales ha ayudado a consolidarnos nacional e internacionalmente.
Continuamente recibimos rotaciones observacionales de 1, 3 y 6 meses, con médicos provenientes de todos los países, entre ellos, y sólo en el año 2014, urólogos de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Perú, Honduras y España, que se forman en la cirugía robótica y laparoscópica que nos permiten como experiencia, alimentar profusamente publicaciones clínicas, cerca de 10 a 12 por año, construyendo un prestigio bien ganado y yo diría que somos el centro urológico más activo en publicaciones de América Latina. Además, contamos con un sistema de fellowship de las sociedades científicas Endourological Society y la Société Internationale d’Urologie (SIU).
¿Cuál es el balance que hace de su equipo de urología?
Tengo un equipo de urólogos fantástico. En total somos 24 y 6 de ellos son los que dedican gran parte de su tiempo a la formación académica de nuestros pares extranjeros, sin ninguna recompensa económica, sólo el deseo y el compromiso de hacer mejor medicina y compartir lo aprendido.
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¿La robótica llegó para quedarse?
La cirugía robótica es hoy parte de nuestro departamento. Cuando comenzamos sólo existía esta tecnología en el Hospital Italiano de Argentina y en el Hospital Sirio Libanés de Brasil. Marcamos un hito nacional, y somos el centro con la mayor experiencia en cirugía robótica urológica en Chile y uno de los líderes en Latinoamérica. En estos años hemos demostrado que la cirugía robótica fue una buena inversión. Se trata de una cirugía laparoscópica con asistencia de un computador, lo que brinda mayor precisión, una visión 10 veces aumentada y en 3 dimensiones, dolor mínimo postoperatorio y una mejor recuperación. Y no sólo se usa en urología, sino también en otras especialidades quirúrgicas (ginecología, cirugía pediátrica y cirugía abdominal).
¿Cuáles son las expectativas que tiene su Departamento?
Por una parte queremos seguir aportanto a la difusión académica y por otra, hacer un upgrade del robot para extender el Centro de robótica. Asimismo, esperamos incorporar en urología otras tecnologías como la video cirugía, el laser en próstata, la cirugía laparoscópica en 3 dimensiones y la ureteroscopía flexible. Tengo la convicción de que cuento con un equipo humano extraordinario, tremendamente comprometido con el crecimiento humano, profesional, técnico y corporativo de Indisa.
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¿Siempre quiso ser médico?
Médico, sí; urólogo, no. Desde niño soñé con ser doctor. Soy hijo de padres profesores normalistas, criado en Talca y estudié en colegio y liceo público. Tenía claro que quería estudiar medicina al terminar mis estudios. El tercer año de medicina, quería ser cardiólogo; en cuarto, psiquiatra; en sexto, ginecólogo; pero luego me uní al equipo de cirugía experimental con el que probé una sustancia de perfusión para trasplante renal en perros. Así llegué a la urología… y no me fui jamás.
¿Y qué le gusta de su subespecialidad?
La urología es una subespecialidad médico-quirúrgica, lo que permite que se combine el contacto con el paciente y los procedimientos en pabellón. La tecnología es algo reciente en nuestra subespecialidad, y su incorporación marcó el despegue de la misma y cautivó a muchos a la hora de decidir su especialidad. Antes no había tecnología, no existía la ecografía, y en urgencia el examen más importante era la laparotomía exploratoria, hoy extinta e inimaginable. Con el boom de la tecnología, la urología se transformó en una especialidad muy atractiva, con la cirugía percutánea en caso de cálculos y la máquina de disolución de cálculos por vía extracorpórea –en los ochenta-, y más tarde con la cirugía laparoscópica. Dedicarme a la urología ha sido una maravillosa experiencia de vida y espero no dejarla pronto, no obstante trabajo en convencer a las nuevas generaciones de médicos y me mantengo en contacto con jóvenes que la hicieron parte de su vida, y que ahora son los responsables de innovar.
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¿A qué le dedica su tiempo fuera del pabellón?
A mi familia. Soy padre de 4 hijos, gran parte de ellos artistas. Uno es director de cine, otro publicista y escritor, una diseñadora de vestuario, y el pequeño de 13 quiere ser urólogo robótico, y no creo haber interferido de forma alguna en ese anhelo (comenta entre risas), pero si decide seguir ese rumbo, al igual que a sus hermanos, tendrá exito. Estoy felizmente casado con Ivonne, un tremendo apoyo …ella es mi vida, más allá de la medicina.
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