Por Dr. Marcelo Acevedo, Presidente de Fundación Medicina y Educación Solidaria. Agrupación de Médicos de Clínica Indisa (AMCI)

Ejercer la medicina y la docencia clínica no era suficiente. Hace casi 24 años, los médicos de Clínica Indisa se unieron para crear una agrupación de tipo gremial que velara por la protección de sus intereses. En aquellos años, lograr beneficios en las mesas de negociación con la gerencia clínica y la dirección médica parecía suficiente, pero hace un par de años, sentimos que ya no entrábamos en la horma y que más de 400 médicos agrupados tenían nuevas inquietudes y desafíos.

La camaradería de toda agrupación gremial es un factor determinante en la misión que nos define, pero poco a poco se fue definiendo un compromiso con el entorno. Primeramente con la familia de médicos que representamos, y para ello trabajamos para proteger los derechos de aquellos médicos que luego de una larga trayectoria, deben dejar de ejercer y procuramos que lo hagan en condiciones adecuadas; así como también, creamos una beca para apoyar la capacitación de médicos jóvenes, que buscan adquirir conocimientos y técnica en el exterior, para ponerlas en práctica en sus equipos de trabajo en Chile.

A pesar de estos loables esfuerzos, sentimos que existía la deuda de devolver la mano a la comunidad, especialmente con aquellos equipos humanos asistenciales y pacientes más vulnerables, o aquellas zonas geográficas en las que existen brechas por atender.

El médico ejerce una labor de servicio que con el paso de los años, puede desdibujarse, más aún en el sector privado de la salud. Precisamente este sello de servicio y entrega solidaria es el que nos inspiró a madurar la idea de crear una Fundación, habilitando una herramienta que permitiera abrir caminos y vincularnos a desafíos a nivel país. Este camino fue un proceso de aprendizaje continuo, no solo desde la legalidad de crear una Fundación, sino de asumir que inicias una nueva etapa de largo aliento y que esperamos permee a los integrantes de nuestra Agrupación y se abra a los distintos estamentos de la sociedad.

Cuando uno ejerce la medicina, no se está en el escrutinio de la comunidad y fácilmente te instalas en una zona de confort, que desde cualquier enfoque, nada ni nadie te obliga a devolver la mano a la sociedad. Es precisamente desde esa zona de confort, donde surge la reflexión de dinamizar el sistema, de buscar oportunidades de acción, de ayuda, de entrega de conocimientos y de tecnología, de intercambiar técnicas, protocolos y experiencias, de instalar capacidades en equipos de trabajo, en agrupaciones de pacientes y en comunidades.

2018 fue el año en que decidimos dar este paso y crear la Fundación Medicina y Educación Solidaria AMCI, comprometida para vincularse con el entorno y priorizar la entrega de nuestros médicos en espacios distintos a la Clínica, y de la mano de personas, profesionales y técnicos de todo el país.

CREANDO ESPACIOS CARDIOPROTEGIDOS

Con el propósito de generar espacios cardioprotegidos en todos los segmentos, nuestra Fundación donó 2 desfibriladores y capacitó a 12 paramédicos e instructores deportivos de las Escuelas de Fútbol Ñuñoa, la Asociación de Fútbol Ñuñoa y la Corporación de Deportes de Ñuñoa.

Según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS), Chile evidencia una alta prevalencia de Factores de Riesgo Cardiovascular y un elevado nivel de morbilidad por enfermedades crónicas. Si bien la población adulta mayor es la de mayor riesgo, también ha habido casos de niños y jóvenes, e incluso deportistas, que han experimentado accidentes de este tipo, que con la debida tecnología e instrucción, podrían ser atendidos oportuna y adecuadamente.

Este escenario nos motivó a instalar capacidades, tecnologías y educar a la comunidad, en la prevención y atención de accidentes cardiovasculares.

ALIANZA PÚBLICO-PRIVADA Y COMPROMISO REGIONAL

En una segunda acción, la Fundación eligió la Región de Los Ríos, considerando sus listas de espera no resueltas desde 2016, pese al cotidiano esfuerzo de un equipo asistencial regional de alto nivel, pero con carencias de recursos y de especialistas. Precisamente ahí detectamos oportunidades de intervención de nuestros médicos para colaborar en la reducción de las listas de cirugías de mediana complejidad y no urgentes, que se han perpetuado en el tiempo. Fue así como de la mano del Servicio de Salud de Valdivia y el Hospital Base de Valdivia, recientemente realizamos un operativo quirúrgico para ayudar en la reducción de la lista de espera de pacientes para cirugía artroscópica de rodilla de las comunas de Valdivia, La Unión, Río Bueno, Paillaco, Lanco, Los Lagos y Panguipulli.

Autoridades asistenciales locales y representantes de la Fundación de AMCI comprometieron un trabajo a mediano plazo, con apoyo de telemedicina y la programación de cirugías en los hospitales de baja complejidad de Lanco y Corral, para atender requerimientos de cirugía de hernia y várices.

El operativo quirúrgico solidario comenzó con el contacto de 86 pacientes en lista de espera para cirugía artroscópica de rodilla, de los cuales se actualizó un listado de 40 casos y finalmente, se presentaron a evaluación quirúrgica 32. La evaluación prequirúrgica se hizo a través del Servicio de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad (Sar) de Barrios Bajos, con una positiva recepción de parte de la comunidad y del personal asistencial, derivados posteriormente al Hospital Base de Valdivia, lugar donde se llevaron a cabo todas las cirugías.

Respecto de las proyecciones de esta alianza, las autoridades sanitarias de la región señalaron que los pabellones de los hospitales de Lanco y Corral estarán implementados a fines de diciembre, por lo tanto estarán operativos para instalar este tipo de actividades en un futuro muy cercano, dando prioridad a cirugías ambulatorias en pacientes jóvenes sin comorbilidades importantes.

Las actividades se realizaron en un clima de camaradería que augura positivos resultados de futuros operativos entre el Servicio de Salud y la Fundación de Medicina y Educación Solidaria de AMCI, favoreciendo la transferencia de técnicas quirúrgicas, equipos multidisciplinarios y protocolos de atención, que permitan dar celeridad a las listas de espera más críticas. El trabajo entre equipos de arsenalería y administrativos, médicos cirujanos y anestesistas, se caracterizó por el entusiasmo y la eficacia, colaborando en la construcción de lazos de compañerismo y compromiso social que se espera permeen a los distintos estamentos en varias localidades de la región.

Elegimos esta región porque es la que tiene un mayor número de listas de espera en cirugías y los resultados fueron exitosos gracias al trabajo colaborativo de actores públicos y privados. Tenemos la convicción de que la salud es un deber y compromiso colectivo, y esperamos que este tipo de iniciativas sean un aporte y se repliquen en el tiempo, ayudando especialmente a las comunidades con mayores necesidades en salud y que generen instancias de transferencia de prácticas que ayuden a fortalecer a los equipos asistenciales.

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