Doctor David Vantman Bretschneider, Jefe del Centro de Medicina Reproductiva de Indisa.

A fines de 2013 se inauguró el laboratorio dedicado a procedimientos de fertilización in vitro, una innovación que llega a complementar los servicios del Centro de Medicina Reproductiva de Indisa, una solución multidisciplinaria que –a criterio de su jefe- , el doctor David Vantman, brinda acceso a un segmento de la población que otrora no habría optado a un tratamiento de fertilidad. “Hoy nuestro Centro cuenta con todos los servicios en fertilidad asistida que se ofrecen en cualquiera del mundo y en manos de un equipo profesional y humano consolidado”, precisa el médico con ya 30 años de dedicación a esta subespecialidad de la ginecología.
Como “Clínica de Familia”, Indisa incorporó a sus servicios de salud, la Medicina Reproductiva y hoy con 4 años de trayectoria y un laboratorio especializado, el Centro de Medicina Reproductiva atiende a cerca de 500 parejas al mes, dando acceso a un segmento de la población de clase media, que antes no habría accedido a tratamientos médicos y quirúrgicos de asistencia en fertilidad.
¿Cómo ha sido el progreso de esta iniciativa?
Este es un proyecto que viene hace ya varios años y que ahora culminó con la creación de este laboratorio a cierre del año pasado. Hoy estamos en plenas condiciones de estudiar todo tipo de causas de infertilidad, ofreciéndoles tratamientos médicos y quirúrgicos, y técnicas de fertilización in vitro, en manos de médicos, tecnólogos y biólogos que integran nuestro staff.
¿Cuál es el perfil de pacientes que reciben?
Ante todo muy informados y ansiosos. Las personas que tienen un diagnóstico, llegan a veces muy nerviosas porque se informan a través de internet y eso puede ser muy alarmista y poco real. Así como también otros llegan muy tranquilos para lo preocupado que debiesen estar. Ante este escenario, tratamos de ser muy objetivos y claros en explicar cada condición y abordar las posibles soluciones, dando contención y posibilidades siempre realistas. Lo que sí es muy rescatable, es que cada vez llegan más parejas a consultar, lo que supone una preocupación de ambos en la búsqueda de soluciones.
¿Qué factores son determinantes?
Muchas veces nos encontramos con mujeres que por razones propias de nuestra sociedad actual, han dedicado muchos años a su desarrollo profesional y en el caso de ellas, el natural envejecimiento sí incide directamente en sus posibilidades de infertilidad, de aborto y otros riesgos. Creo que hace falta la debida y urgente información de la mujer, ya que muchas desconocen este aspecto y piensan que cualquier momento es propicio para el embarazo, cuando no lo es.
¿Qué otros aspectos debieran cambiar en nuestra sociedad chilena?
El deseo de desarrollar la paternidad involucra no sólo a la pareja, también implica otras ideas bastante más complejas como la trascendencia, la autoestima, la validación familiar y otros asuntos. De hecho, ninguna pareja que entra a una consulta tiene la adopción como una alternativa, no sin antes agotar toda opción de paternidad genética. De seguro hay mucho que trabajar en este sentido como sociedad, ya que no existen tipos de paternidad y éste debiese ser un deseo en sí mismo.
¿Cuáles son las razones de infertilidad más frecuentes?
En términos generales, un 50% de las causas de infertilidad corresponden al hombre y un 15% a un problema de la pareja misma. En nuestro Centro tratamos ayudar para encontrar soluciones y nunca buscar culpabilidad, por el contrario, el deseo de ser padres es de la pareja y los objetivos de ella son los mismos, sin importar la causa. Acá participamos expertos en medicina femenina y masculina, y también psico social, ya que es muy importante dar acompañamiento y contención a lo largo de todo el proceso, y también en el resultado de éste, cuando las noticias son buenas y no tan buena. En este último caso, cuando el embarazo no se consigue, siempre hay opciones para no decaer en la intención de ser padres y una de ellas es la adopción.
¿Siente que cuenta con el respaldo de un buen equipo profesional en este Centro?
Absolutamente. Somos un grupo de profesionales que nos conocemos hace años y trabajamos juntos en el sector público. Es difícil armar equipos comprometidos con estos proyectos en el sector privado y es que la mayoría trabaja con su propia agenda y en varios lugares, pero aún así, trabajamos como equipo con mucho compromiso para levantar este Centro de Medicina Reproductiva, y disponer hoy de un laboratorio para este fin exclusivo, nos permite trabajar “en casa” en mejores condiciones. Para ello, la gerencia de la Clínica también nos demostró su apoyo y financió el fortalecimiento de nuestro equipo, no sólo en infraestructura, sino en capital humano especializado. Hoy contamos con un grupo humano y profesional de alto nivel, donde trabajan ocho médicos ginecólogos, una matrona, dos administrativos, un tecnólogo, un biólogo y una auxiliar de servicios. Estamos bien equipados y no tememos a una mayor demanda en el marco del plan de expansión de Indisa.
¿Cómo Centro tiene desafíos por delante?
Sí, queremos trabajar más en áreas como son los estudios genéticos y fortalecer la consejería. Estamos también negociando con la Universidad Andrés Bello para hacer un postgrado en medicina reproductiva a futuro.
¿Cómo llegó a especializarse en medicina reproductiva?
Supongo que me enamoré del desafío que significa ayudar a una pareja que no logra embarazarse y eso que hace 30 años los recursos y los avances eran mucho más precarios. La infertilidad es distinta a otras patologías, es una enfermedad que impide que las personas se realicen en algo tan esencial como es la paternidad.
La relación de los ginecólogos es muy cercana con la mujer, es algo parecido a lo que sucede entre las madres y los pediatras, pasamos a ser parte de la familia y los lazos se prolongan por toda la vida. Me gusta hacerme parte del gran proyecto del soñado embarazo, y estar ahí con los padres en las buenas y en las malas. El médico cumple la labor de ser guía y compañero.
Me siento realizado con mi trabajo y he sido testigo de maravillosos avances tecnológicos. Y en adelante, espero que la salud pública logre garantizar el acceso a la asistencia en fertilidad, ya que es una deuda pendiente del Estado en esta materia. Al parecer hay señales de interés por asumir este compromiso. Creo que al igual que en educación, en este país debiera haber una reforma en salud para poder garantizar a todos los chilenos una atención accesible y de calidad.
¿Cuál es la opinión que tiene de AMCI?
En la medicina privada los médicos estamos solos, no hay una red. Creo que AMCI es un gran aporte para darnos un tejido a modo de red, un respaldo que nos permita participar de negociaciones, canalizar necesidades particulares de cada subespecialidad, fortalecer el entrenamiento y la información oportuna. Es un buen aporte y espero que sigan progresando en la articulación del quehacer médico.
David Vantaman es casado hace 31 años y padre de cuatro hijos, entre 19 y 29 años. Uno es urólogo, otra nutricionista y otra ingeniero comercial, y su “conchito” está pronto a entrar a la universidad. En su escaso tiempo libre, disfruta viajar “achoclonados” en familia, como asegura.
Respecto de sus proyectos más próximos, concluye: “Mi meta para este año es colaborar en la educación de la población de ginecólogos chilenos sobre infertilidad, para que se vean los casos con personas con las capacidades necesarias, se puedan estudiar causas, pero derivar de forma oportuna. En Chile existen sólo 60 especialistas en medicina de infertilidad en todo el país y cerca del 90% está en Santiago, por lo que creemos que hay que crear espacios de capacitación, pasantías, para que difundan herramientas para saber qué hacer y transferir a aquellos pacientes más complejos a tiempo a los expertos del área”, asegura el Jefe del Centro de Medicina Reproductiva.