Ingeniero comercial con larga trayectoria en aseguradoras y salud, hace algunos meses tomó la gerencia de la agrupación de médicos; con 24 años de existencia y un 80% por ciento de representación. Hoy comparte un balance de los logros y status, además de los desafíos que se avecinan.

Al cierre de 2018 y con un balance positivo de la gestión de la Agrupación de Médicos de Clínica Indisa (AMCI) y de su recién creada Fundación de Medicina y Educación Solidaria, Luis Torres, gerente general de AMCI se sonríe al comentar su mirada actual de la Agrupación. Y es que, este año se ha crecido en materia de la difusión, vinculación con el medio y relaciones interinstitucionales. Un año intenso, pero sin duda exitoso, en su opinión.

Este año, Luis se incorporó a la Agrupación de Médicos de Clínica Indisa, en el contexto de la profesionalización de la misma, liderando junto al directorio, un proceso de crecimiento, diversificación y estructura organizacional. Una agenda de hitos que proyectan a una agrupación que representa a más del 80% de los médicos de Indisa y que la posicionan en un rol decisivo en una nueva etapa de progreso de la Clínica.

Luis es ingeniero comercial y ha ejercido diversos cargos directivos dentro la industria de las aseguradoras y prestadores de salud. En este último periodo, trabajó en isapre Banmédica, y otros 15 años en Clínica Dávila, donde fue responsable de la implementación de un sistema información y gestión hospitalaria, a cargo de administrar todos los procesos operativos, administrativos, clínicos de gestión, el sistema controla desde el ingreso del paciente hasta los procesos logísticos de abastecimiento, cuentas, facturación y toda una capa de registro clínico electrónico. Dicho software se implementaría luego en 12 clínicas y hospitales del país, entre ellos la Clínica Indisa.

“Me motiva trabajar en ambientes clínicos, conviviendo con sus procesos de información, las negociaciones comerciales y la innovación tecnológica, pero más allá de valorarlo en su individualidad, me atrae saber que soy parte de un proyecto con miras al crecimiento de una institución, en este caso una importante asociación gremial de la Región Metroplitana y que puedo aportar desde mi experiencia”, sostiene el gerente general.

Es la primera vez que se adentra a una agrupación médica como tal y confiesa que al inicio, y desde afuera, las veía como organizaciones muy cerradas, a cargo exclusivamente de la contabilidad y controlar la gestión de pagos a los médicos. Hoy, tras algunos meses involucrado de lleno en su rol de gerente, la visión ha cambiado. “El médico es el motor que impulsa el crecimiento de la Clínica. Además, constituye una pequeña empresa autogestionada, desarrollando funciones productivas, financieras, comerciales, marketing y comunicacionales, y aunque muchos saben cumplir muy bien cada rol, lo cierto es que su énfasis es el productivo; es decir, la atención clínica a sus pacientes, motivo por el cual requieren de apoyo y asesoramiento para potenciar todos los ámbitos”, sostiene Luis.

DESAFÍOS: ESTRUCTURA DE LOS SERVICIOS DE AMCI

AMCI es una agrupación creada en 1994 y que a la fecha cuenta con 587 asociados, posicionándose a lo largo de los años, como una institución sólida y reconocida como contraparte válida ante sus representados y la gerencia de Clínica Indisa. De este modo, ha sido parte de diversos procesos que involucra el crecimiento corporativo y que supone nuevos desafíos para la Agrupación de Médicos. Esta evolución gatilló no solo el proceso de profesionalización de la misma, incorporando a expertos en diversas materias, a cargo de difundir, promover y potenciar a AMCI, sino también dar un salto aún más osado, como es la creación de la Fundación de Medicina y Educación Solidaria de AMCI, una entidad que además de cumplir un rol de responsabilidad social con diversas comunidades del país, busca potenciar la formación continua de sus médicos, y habilitar instancias que la hagan susceptible de recibir donaciones que le ayuden en su proyección a largo plazo.

Para Luis Torres, el desafío para consolidar y proyectar a AMCI parte por mejorar la propuesta de valor, estructurar bien los servicios y representar fielmente los intereses de los médicos. “Hay oportunidades de mejoras en materia de convenios comerciales, previsional, asesoría en inversiones y aseguramiento de los médicos. ”, afirma.

El gerente valora la calidad humana, la dedicación y el compromiso gremial del equipo directivo, ejecutivo y colaboradores del AMCI, pero hay temas que resolver de forma estructural, como es la gestión de los honorarios médicos..”. En reuniones con la gerencia de la Clínica, Luis comenta que el rol médico ha sido muy valorado, y hay un interés mutuo de dar vuelta la página de antiguas desconfianzas y seguir adelante. “En todas las reuniones existe una declaración de intenciones de integrarnos, y dentro del plan estratégico es un pilar fundamental la colaboración”, precisa el entrevistado.

Para lograr esta meta, lo primero es transparentar la información de parte de la Clínica hacia los médicos, de modo que AMCI se involucre no solo en la administración de los honorarios, sino también para generar bases para negociaciones comerciales. Explica Luis, que los datos de gestión, son determinantes para proteger los derechos de nuestros socios, y negociar en mejores términos con las contrapartes pertinentes. “Actuar como agrupación conjuntamente con la Clínica, en este sentido, claramente fortalece las condiciones de acción frente a las aseguradoras y por ende, el cumplimiento de los objetivos de nuestros médicos, para tal efecto, a partir del 2019 se proyecta trabajar en base a un mandato amplio otorgado por los profesionales y sociedades médicas al AMCI”, puntualiza Luis.

Por lo pronto, la nueva gerencia asegura que un desafío especial es mejorar la recuperación de los pagos de los honorarios médicos; a la vez de mejorar los valores de los aranceles, desarrollo de nuevos productos. Otra arista relevante es promover la optimización del proceso de registro y valorización de los honorarios del equipo médico, que afecta la calidad y la oportunidad de los cobros y pro ende el pagos a médicos: para tal efecto se debe trabajar conjuntamente con la clínica en esta materia.

UN BUEN CIERRE DE AÑO

Tras la conformación de la Fundación de Medicina y Educación Solidaria de AMCI y la donación de desfibriladores y capacitaciones en Ñuñoa, para crear espacios cardioprotegidos; ahora la Fundación va por más.

Entre el 14 y 16 de diciembre, se desarrolló un exitoso operativo clínico asistencial para pacientes del Servicio de Salud de Valdivia, Región de la Araucanía, donde médicos del AMCI realizaron cirugías que aportaron en la reducción de lista de espera de traumatología.

“Más allá de realizar un acto social potente y significativo, esta experiencia nos sirvió como una valiosa experiencia para afinar el modelo de intervención sanitaria, por parte de nuestro equipos de la Fundación, toda vez que no se trata sólo de un trabajo quirúrgico, si no que considera acciones previas de depuración, preevaluación, coordinación equipos técnicos, logística, financiamiento, marco contractual, comunicaciones, como asimismo, acciones postoperatorias, controles y uso potencial de telemedicina, a través del hospital digital”, asegura Luis.

Para el 2019, se coordinará con el Servicio de Salud Valdivia, la ampliación a otras especialidades, evaluando utilizar, además, los pabellones del Hospital de Lanco y Corral para efectuar las intervenciones quirúrgicas. Lo importante es que la Fundación está asumiendo un compromiso de mayor plazo con esta Región, y en la medida que se optimicen nuestros procesos, estaremos en condiciones de replicarlo en otras localidades vulnerables, con problemas de acceso a especialistas y con listas de espera no resueltas”, aclara Luis Torres. El compromiso contempla, también, incorporar acciones de educación dirigida a la comunidad local, tanto a niños como a personal clínico.

Al cierre de este año, y con una sonrisa en el rostro, Luis señala que los esfuerzos y el compromiso colectivo y con las comunidades, son un fiel reflejo de un sello muy humano que define a AMCI, y que espera se “contagie” en la red de cientos de médicos asociados que representa, de modo de reactivar no solo el espíritu de servicio, sino también la camaradería entre las diversas especialidades.