Cuando una de las pandemias más letales hace estragos en el mundo entero y ya supera las 120 mil víctimas letales, el Centro de Pacientes Críticos de Clínica Indisa aún registra con orgullo cero contagios en su equipo de salud y cero muertes por COVID-19. En vísperas de la esperada curva crítica de la pandemia en Chile, para fines de abril y mayo, los doctores Sebastián Ugarte y María Luisa Marocco aplauden el compromiso de todos los estamentos en nuestra Clínica, sin subestimar a este adversario invisible.

Chile se alista para enfrentar la curva más crítica de la pandemia del coronavirus y nuestra Clínica Indisa no queda fuera de esta misión. Personal de la salud y especialistas médicos capacitados, infraestructura adecuada a la emergencia sanitaria y tecnología de punta son las armas escogidas para librar esta batalla, y aunque a la fecha no registramos casos de contagio intrahospitalario, ni víctimas letales; nuestros especialistas en medicina crítica asegurar que el COVID-19 no debe ser un adversario por subestimar. Este es el testimonio de algunos de nuestro médicos denominado de “primera línea”.

El doctor Sebastián Ugarte, Jefe del Centro de Paciente Crítico de Clínica Indisa y director del Programa de Medicina Intensiva de la Universidad Andrés Bello, comienza esta conversación asegurando con orgullo la respuesta de todo el equipo y el personal de nuestra Clínica, quienes en su opinión, ha reaccionado de forma coordinada como “un solo hombre”, lo que ha significado una temprana respuesta para atender los requerimientos actuales. Este esfuerzo se ha materializado al reprogramar cirugías electivas, suspender actividades postergables, reconvertir camas hospitalarias a otras funciones para pacientes críticos, habilitar una entrada de urgencia diferenciada para pacientes respiratorios, disminuir al mínimo el riesgo de contagio, generar protocolos de manejo de infecciones y elementos de protección del personal, habilitar más habitaciones con presión negativa dentro de la clínica, capacitar al personal, y un sinnúmero de acciones implementadas en tiempo récord, a la par de esta epidemia que evoluciona a ritmo ligero en Chile y el mundo.

Para Ugarte uno de los grandes aprendizajes y clave para este primer buen revés al virus en Indisa, fue la ventaja de actuar de forma anticipada ante las primeras evidencias. “Uno gana tiempo. Esos días de anticipación pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. A modo de ejemplo, en enero; al ver lo sucedido en China, discutimos y definimos la compra de ventiladores mecánicos, y de haberlo hecho en marzo el panorama sería totalmente distinto. Se compraron 8 ventiladores además de los 32 que ya teníamos”, comenta el especialista en medicina intensiva. Añade que otro gran aprendizaje es el valor humano de nuestros profesionales y técnicos de la salud, quienes se han comportado de forma admirable, demostrando una nobleza encomiable. “Son personas que trabajan al 100% a pesar de los problemas de movilización por la cuarentena en ciertas comunas y los temores naturales ante el contagio. Esta epidemia ha sacado a relucir los mejor de nuestro personal y su vocación de servicio, lo que sin duda será un recuerdo imborrable”, precisa.

Por su parte, la doctora María Luisa Marocco, médico intensivista, Jefa de la Unidad Intermedio Quirúrgico e Intermedio General de Clínica Indisa, coincide en la respuesta alineada del equipo de salud institucional. Comenta: “Soy parte de una generación sin experiencia en una pandemia de esta envergadura. A diario nuestro equipo se informa y discute acerca de la nueva evidencia y la bibliografía. Cada día aprendemos un poco más de este virus en constante cambio. Fuimos testigos de todo hasta ahora: errores y aciertos. Los chinos se aislaron, mejoraron luego se relajaron y hubo un pequeño rebrote, los italianos lo subestimaron y fue un desastre, los estadounidenses se mueren por miles. En Chile damos nuestro mayor esfuerzo y creo que aún como país debemos trabajar la cultura de la empatía dado el cumplimiento errático de la cuarentena por gran parte de la ciudadanía”.

La medicina crítica es un área de la salud que trabaja con los casos más graves dentro de los graves y en los momentos en que ocurren las emergencias y las catástrofes. Este año, como pocas veces se ha visto en la historia, ha cobrado especial protagonismo a la hora de contribuir en estrategias sanitarias y protocolos determinantes para las economías más robustas y las más vulnerables del mundo entero, dejando atrás todas las prioridades de las agendas nacionales. Tanto el doctor Ugarte como la doctora Marocco son parte de la Sociedad Chilena de Medicina Crítica y Urgencia, denominada “Red Intensiva”, y comentan que tras años de una labor sistemática de investigación y actualización silenciosa, la entidad hoy cosecha un reconocimiento más visible, convirtiéndose en asesor de la OPS en los protocolos de manejo de pacientes, como en ventilación mecánica; y de la OMS, aportando con recientes guías de manejo de epidemias por influenza.

A la fecha, Indisa ha dado de alta a más de 12 pacientes críticos recuperados de COVID-19. En nuestra Clínica existen 8 unidades de cuidados críticos que trabajan de forma coordinada, con apoyo de personal capacitado y acreditado, un control minucioso de cada caso, reportes cotidianos al Ministerio de Salud y una estrecha colaboración de expertos con la Subsecretaría de Redes Asistenciales.

Para el doctor Ugarte, a nivel nacional debemos estar muy preparados para responder a la emergencia y mantener activas las estrategias de contención como la cuarentena, cordones sanitarios, entre otras; pero además debemos fortalecer la capacidad de respuesta hospitalaria para cuando aumenten los casos, tanto con mayor personal calificado como camas y ventiladores reconvertidos.

La doctora Marocco señala que Indisa cuenta con capital humano de alto nivel y 80 camas en UPC. “Actualmente solo en mi sección ya tengo un 100% de tasa ocupación para 24 camas críticas. Asimismo, nos mantenemos alineados con la coordinación médica y el Centro de Pacientes Críticos de Indisa, atendiendo tanto a isapre como Fonasa por Ley de urgencia derivados a nuestro establecimiento”.

Para aquellos casos de pacientes egresados, se les indica aislamiento estricto por 14 días posteriores al alta, independientemente de los días en que estuvo hospitalizado. También se les indica licencia médica en todos los casos y se les contacta mediante el Equipo de Infectología de la Clínica  para dar seguimiento y citarlos a control infectológico al término del periodo. A los pacientes con alguna enfermedad asociada a  inmunosupresión  se les aplica una cuarentena extendida de 28 días, con seguimiento telefónico y control posterior.

“Hoy estamos evaluando a cuántos días el paciente puede ser transmisor del virus y cuál es el escenario en caso de comorbilidades. Nuestro equipo intensivo no solo incluye a médicos especialistas, sino también enfermeros, kinesiólogos, epidemiólogos y estadísticos, una red que nos permite tener una mirada interdisciplinaria, manteniendo  al paciente en el centro de nuestro interés.

Agradezco el compromiso cotidiano de mi equipo y siempre les recuerdo que “más vale una consulta demás que un enfermo de menos”, concluye María Luisa Marocco. Y se suma a sus palabras Sebastián Ugarte, señalando: “Este es el momento en que se pone a prueba nuestra vocación como médicos. Ha llegado la hora de dar lo mejor de cada uno y el país nos demanda que hagamos el esfuerzo de cuidar de nuestros enfermos. Estoy seguro que cumpliremos con nuestro deber. Sabemos que hay médicos comprometidos que en caso de contagio de esta “primera línea”, estarán preparados para reemplazar a quienes caigan en esta lucha”.