Cada uno en su estilo y con su sello particular, estos cirujanos de adulto y de niños, han compartido pabellones en Indisa en la Unidad de Quemados en la última década. Entre risas y decenas de anécdotas, relatan su trayectoria y logros, que por razones del destino los encontraron en torno al paciente quemado en nuestra clínica. Esta es la historia de padre e hijo Villegas.
Los doctores Jorge y Sebastián Villegas, padre e hijo, dieron vida a la Unidad de Quemados en Indisa hace ya 10 años, en 2007, periodo en el cual los egresos aumentaron un 600 por ciento, alcanzando un total de 750 pacientes, cerca de 53 por año. Ahora ya consolidado su equipo de cirugía, buscan expandir e integrar nuevo capital humano, replicando experiencias y aprendizajes.
El doctor Jorge Villegas, cirujano de la generación del 78, fue formado por uno de los maestros de la cirugía plástica argentina, el Dr. Fortunato Benaim, y a su regreso a Chile instaló la técnica del colgajo músculo-cutáneo en cirugía traumática, reconstructiva y en quemados. Al ser consultado si su trayectoria responde a una vocación por la medicina, él asegura que la vida está hecha de oportunidades y que de hecho, las decisiones son pocas, superadas sin dudas por elecciones bajo circunstancias específicas. Sus fortalezas son tres: la cirugía plástica, la cirugía reconstructiva y la cirugía de paciente quemado.
Hoy, frente a él está uno de sus “mejores” discípulos, y asegura ser objetivo, confesando que le llena de satisfacción ser colega cirujano de su hijo Sebastián. De sus cualidades innatas, destaca la perseverancia de Sebastián en todo lo que hace, aprendiendo paso a paso y trasladando experiencias asertivas a sus lugares de trabajo, siendo hoy jefe de la Unidad de Quemados del hospital pediátrico Exequiel González Cortés.
Villegas padre tiene hoy 70 años y hace una buen balance –siempre perfectible (en sus palabras- de la experiencia de la Unidad de Quemados en Indisa, la que surgió en el año 2007 en reemplazo de un proyecto fallido en el piso 9 de nuestra Clínica. Conocido anteriormente del Dr. Sebastián Ugarte, jefe de UCI tratando pacientes en el Hospital Salvador,y debutó en Indisa salvando la vida de un mediático caso de un femicidio frustrado en Punta Arenas. “En el pasado, existían un índice de letalidad en los quemados que implicaba que cerca del 75% de los casos graves no sobrevivían, y gracias a mejores protocolos y el desarrollo de un equipo, revirtieron las estadística, en el HUAP salvando a más del 50% de los pacientes, lo que posibilitó su ingreso al Auge. Fue un trayecto largo que requirió del perfeccionamiento, un espiral de aprendizaje a partir de la experiencia y el derribar muchos mitos en el sistema público”, explica Jorge Villegas.
Este médico tiene un largo camino en la salud pública chilena, siendo reconocido nacional e internacionalmente por casos emblemáticos en quemados como Alejandro Roa y Carmen Gloria Quintana. Su extenso currículo incluye un legado en hospitales de la talla del González Cortés, Del Trabajador, Calvo Mackenna, Salvador y el Instituto Traumatológico, además de cargos en el Colegio Médico y otros tantos. Nacido en Puerto Montt, recientemente declarado “Hijo Ilustre ” por el Consejo Municipal, el doctor Villegas siente que un médico no debiera estar más de diez años a cargo de un servicio y por eso cumplió con esta convicción, dejando el cargo en el Servicio de Quemados del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP), Centro de Referencia Nacional, en ese plazo; y hoy evalúa lo mismo al cumplir una década en la Unidad de Quemados de Indisa, donde asegura con confianza haber formado a muchos cirujanos de excelente nivel técnico y aunque se opone a hablar de desafíos, confirma que cada día intenta superar los resultados en pos de los pacientes.
“En esta secuencia de oportunidades que construye nuestras vidas, uno tiene la posibilidad caminar acompañado o de acompañar a gente valiosa, ya sea por un breve periodo  y otras por uno largo. Finalmente todo es experiencia. Es un privilegio ser parte de esta historia en Indisa y me alegra tener un buen equipo, en el que ya casi no hago falta. Es totalmente eficiente y autónomo”, añade Jorge Villegas.
“A DIFERENCIA DE MI PADRE, YO SÍ CREO EN LA VOCACIÓN”
Como buen hijo de socióloga y de médico, Sebastián Villegas asegura que en su ADN hay una convincente vocación, un llamado a servir y de buscar consensos, lo que sumado a su interés por la ciencia desde muy temprana edad, se conjugó en la cirugía, esta vez con énfasis en la pediatría.
Villegas hijo explica que a pesar de compartir la especialidad, el ser hijo de Jorge Villegas no es un dato determinante ni tampoco le ha jugado en contra a la hora de trabajar, aunque sin duda siente que tuvo el mejor maestro cuando la vida le permitió compartir pabellón. Comenta que estudió medicina en la USACH, siendo su segunda generación y pasando por más de 18 hospitales durante su formación, donde demostró primero su alta capacidad de adaptación al cambio –comenta entre risas- y un deseo por validarse no solo como generación de egresados, sino también como un profesional distinto a su padre. “Fuimos una generación que teníamos hambre de aprender y de validarnos en el mundo de la salud y ese empuje ayudó en nuestro compromiso por formarnos de la mejor manera”, plantea Villegas hijo.
Sin dudas heredó cualidades de tenacidad, metodología y de compromiso con los proyectos en los que se involucra, pero al añadir su experiencia en la cirugía pediátrica, además de la reconstrucción y tratamiento de quemados adultos, asegura ha logrado construir habilidades que le han permitido colaborar en una amplia y variada muestra de casos clínicos. Sebastián Villegas tiene hoy 540 pacientes adultos tratados y muchos más pediátricos, combinando técnicas que le han permitido promover mejores prácticas en el tratamiento de quemados, menos secuelados, en su opinión. Previamente, logró lo propio en el Hospital Félix Bulnes, instalando protocolos centrados en los equipos humanos y no en la tecnología, disminuyendo el número de injertos para una mejor calidad de vida y rehabilitación del paciente quemado.
“La tenacidad es un don. Todo lo demás se puede aprender, pero la constancia de avanzar y superarse a uno mismo se relaciona con la actitud”, asevera Villegas padre acerca de su hijo.
Casado con una pediatra y padre de 3 hijos entre 3 y 10 años, Sebastián Villegas señala que espera seguir desarrollándose en lo profesional, involucrarse en proyectos de impacto social, y combinarlo con sus ansias de seguir construyendo familia. “Me casé con una mujer maravillosa que es mi cable a tierra, que me ayuda a no perderme los momentos realmente significativos de la vida. Es la mejor en todo, de seguro fue la mejor alumna en sala cuna (bromea) , y hoy es la mejor esposa y la mejor mamá”.
Los cirujanos Villegas se confiesan tozudos, pero muy comprometidos. Comentan que disfrutan la posibilidad de sentarse y compartir tips, de tener un trabajo que no se convierte en “pega”, sino por el contrario, en una oportunidad cotidiana de seguir aprendiendo, compartiendo y de vez en cuando, devolviendo la salud a grandes y a chicos.