Egresado de la Universidad de Chile en 1955, este médico internista se formó en hematología en el Hospital J.J. Aguirre, establecimiento donde se desempeñó laboralmente por dos décadas para posteriormente trabajar como hematólogo y jefe de laboratorio en el Hospital Militar. Entre los años 1969 y 1970, se especializó gracias a una beca en la Escuela de pos graduados de la Universidad de Londres, una experiencia muy enriquecedora, en su opinión, con mucho provecho en conocimientos y alta disciplina.
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El doctor Zúñiga pertenece al grupo fundador de cien médicos que migraron desde calle Merced para construir la Clínica en un terreno baldío que hoy aloja las tres torres de una moderna Indisa. “Yo me siento parte de la piedra angular de esta Clínica, es parte de mi vida y yo de la de ella. Con el capital de un grupo de médicos y mucho esfuerzo, confiamos en un proyecto que hoy confirma su éxito”, recuerda Zúñiga; y agrega que: “El edificio original de Santa María era de 3 o 4 pisos, sólo con consultas y sin hospitalizados, y mientras antes funcionamos en calle Merced, el laboratorio operaba en la cocina (se ríe)…nadie imaginaría en lo que hoy se convirtió nuestra Clínica”.
A pesar de los esfuerzos que supone todo nuevo proyecto, este médico recuerda que fueron años muy agradables, ya que teníamos un grupo de médicos muy unidos, con quienes se costeó la sobrevivencia de la Clínica y entre los médicos fundadores se atendían gratuitamente como si fuese una familia.
Por aquellos tiempos, recuerda el hematólogo con 60 años de trayectoria profesional, crearon juntos la AMCI, intentando mantener la unión médica y coordinarse de forma eficiente con el Directorio Médico de la Clínica, y sus líneas de desarrollo tecnológico.
“Con los años, lleno de orgullo, soy testigo que se mantiene ese espíritu de cooperación entre el estamentos médico y la administración, en una alianza amigable que contribuye a crecimiento de Indisa y de los que trabajamos ahí”, sostiene Zúñiga.
Hoy, ya jubilado del Hospital Militar, Zúñiga trabaja de forma exclusiva en Indisa, y comparte su tiempo entre este trabajo que disfruta mucho y su familia, con tres hijos y varios nietos. Con nostalgia al ver la evolución de “su casa”, Indisa, recuerda entre risas que el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle planificó operarse con un médico de nuestro staff, años después de su gobierno, y optó por suspender la intervención, al enterarse de que habíamos operado al Rey de los Gitanos y habían carpas instaladas en el sector aledaño a Indisa. Una anécdota que atesora hasta el día de hoy.