La actividad contó con charlas magistrales de la Dra. Constanza Micolich, miembro del Departamento de Ética del Colegio Médico; y la asistencia de médicos de distintas especialidades, enfermeras, psicólogos, y otros profesionales de clínica INDISA, así como gerencia, dirección médica y presidentes de AMCI y Fundación de Medicina y Educación Solidaria AMCI.
Con éxito y amplia convocatoria se desarrolló el 1º Encuentro de Bioética de Clínica INDISA, organizado por la Fundación AMCI y el Comité de Ética Asistencial, con exposiciones de la Dra. Constanza Micolich Vergara, miembro del Departamento de Ética del Colegio Médico y especialista en cuidados paliativos.
La médica internista de la Universidad de Los Andes se desempeña en el Servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Van Buren,. Cuenta con un Magíster en Bioética de la Universidad del Desarrollo y es miembro del Departamento de Ética del Colegio Médico de Chile.
En esta ocasión abordó temas como “Adecuación del esfuerzo terapéutico y Eutanasia”, captando el interés de la audiencia. Para la Dra. Micolich, los avances en la medicina logran modificar el curso de enfermedades, no obstante muchas de ellas conllevan secuelas que afectan profundamente la calidad de vida y la autonomía. “La calidad de vida es un factor determinante para aceptar tratamientos que están disponibles para prolongar la vida, son parte del respeto a la autonomía y del consentimiento informado, razón por la cual es tan importante asegurarnos de la comprensión del paciente”, sostiene.
Para la especialista, entre los fines de la medicina, como son curar y aliviar el dolor, está la prevención de la muerte prematura y la posibilidad de proveer una muerte en paz. En este sentido, la adecuación del esfuerzo terapéutico es una decisión meditada para retirar o no iniciar medidas que se anticipan que no serán beneficiosas para el paciente, de forma que no justifican los riesgos, costos y/o sufrimiento asociados. Se fundamenta principalmente en el principio de no dañar al paciente producto de medidas desproporcionadas, y busca evitar la obstinación terapéutica, no prolongar el sufrimiento y la agonía, y también favorece el buen uso de los recursos sanitarios.
Sobre la eutanasia, entendida como la muerte producida intencionalmente por un/a médico/a mediante la administración de drogas, a una persona que lo ha solicitado de manera competente y voluntaria; esta medida ha sido legalizada en varios países de Europa, América y Oceanía, incluyendo Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Ecuador, España, Portugal y Nueva Zelanda.
La Dra. Micolich compartió su mirada personal al respecto, diferenciándola de las opciones de muerte médicamente asistida (eutanasia) y muerte digna, acorde a los valores, creencias y el sentido de dignidad de cada persona.
Finalmente, analizó la opción de sedación paliativa, que consiste en la administración de fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas para reducir la conciencia del paciente con enfermedad avanzada, tanto como sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas refractarios. “Esta alternativa exige el consentimiento explícito del paciente y tiene el objetivo de aliviar el sufrimiento de la persona. Se emplea habitualmente cuando la muerte es inminente en cuestión de días o semanas”.
Al cierre, la expositora señaló que la eutanasia debe ser considerada como un proceso relacional en el cual a través del diálogo, se logra comprender a la persona que sufre. Por esta razón, no puede fundamentarse solo en la autonomía, sino también en la compasión y la empatía. “Una ley de eutanasia exige también hacer grandes esfuerzos colectivos para mitigar el sufrimiento humano y discutir acerca de la vulnerabilidad y la finitud del ser humano”.
Un aplaudido encuentro que reunió a representantes de distintos estamentos de INDISA para reflexionar acerca de los aspectos éticos de la medicina y la muerte.
